Es un lugar común que las revueltas sociales acaecidas en los primeros años del siglo XXI se han alimentado y fortalecido a través de las redes sociales: la Primavera Árabe, el 15M, el movimiento Occupy, el mexicano # Yo soy 132. El uso de las redes sociales, blogs y microblogs, telefonía móvil de última generación, etc., convirtieron en verdaderos fenómenos de masas la contestación social de diversos sectores sociales de África, Europa o América.
¿Nos hallamos ante un nuevo paradigma social? Sin duda nos encontramos en un marco de nuevas experiencias, la Web 2.0, que afecta
a la forma en que los individuos perciben la realidad y la manera en la que responden a esa
percepción. Una nueva sociedad de prosumers
que dialogan, socializan contactos, crean espacios para el debate y facilitan el flujo de conocimientos e información.
Sin
embargo, cuando rememoro las imágenes de mayo del 2010 en la Puerta del Sol
madrileña se me plantea una paradoja : la web
social nos condujo al ágora. La plaza adoptó la forma del grito colectivo de un
pueblo expresado en miles de textos sobre soportes tan tradicionales como el
papel o el cartón, acompañados en ocasiones de los símbolos que identifican
nuevas formas de comunicación y que forman parte ya del imaginario colectivo de las sociedades actuales.
En
aquel tiempo, pensé muchas veces que asistíamos a una forma de expresión que se
me antojaba como un género de la tradición oral, obviamente, adaptado al tiempo
que vivimos. Hubiera querido interrogar a Vladimir Propp y
escuchar la opinión que le merecían mis divagaciones.
En
estos días, cuando buceaba en la web social, me he tropezado con el blog de una agencia creativa en el que para mi sorpresa citan a Propp y las funciones del
cuento en el ámbito del marketing. Mi asombro fue en aumento al rastrear en twitter el hastag #socialtelling y comprobar el éxito del post y descubrir que este investigador del siglo XIX tiene vida propia en twitter: @Vladimir Propp.
Parece ser que ante un nuevo paradigma social en el siglo XXI siguen vigentes los modelos explicativos del siglo XIX.
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